Tienes el misterioso libro en tus manos, el único libro que sobrevivió al tiempo en el templo de los Vizard. Lo cojes con cuidado, si ahora se rompe, todo lo que has pasado no habría servido absolutamente de nada. Lo abres con delicadeza y empiezas a leer.
El libro narra los inicios de los Vizard, como aparecieron los primeros y como sobrevivieron a los shinigamis y a los hollows con unas nuevas habilidades que desconocían como funcionaban. Poco a poco fueron juntándose más y más Vizard. Y juntos se defendían de los ataques constantes. Pero iban cayendo uno tras otro y tuvieron que buscar un lugar donde refugiarse. Por esa época donde el mundo aun era joven y fuerte, corrían historias y rumores de una tierra más allá del mar donde los espíritus la habitaban sin miedo, donde había desiertos más allá del horizonte, selvas que en toda una vida no podrías recorrer y montallas tan altas que ni la misma cima se veía desde abajo.
Los Vizard pensaron que si encontraban esa tierra podrían encontrar un lugar donde los dejasen en paz. Tras muchos años de búsqueda encontraron un paso a través del hielo y el mar. Demasiados cayeron en esa travesía pero muchos otros alcanzaron su tierra prometida. Allí conocieron a unas gentes que no les temían, que les respetaban, allí se hicieron un hueco donde pudieron vivir en paz.
De entre todos los que allí llegaron, había un joven llamado Hirlak que tras investigar muchas leyendas de los nativos y muchos templos dijo haber encontrado pruebas de que allí ya había habido Vizard y que estos Vizard eran los dueños de un misterioso poder. El mismo se propuso encontrarlo, pero los demás Vizard le tomaron por un loco y lo dejaron marchar. Por esa época el vizard recorrió los desiertos y allí conoció a unas tribus que adoraban a todos los seres vivos como dioses, que tenían poderosos chamanes capaces de hablar con los muertos y traerlos del más allá de vuelta al mundo humano para poder compartir su sabiduría con los vivos y que el valor, era lo más importante para ellos para las gentes de estas tribus.
También escaló las montañas más altas y allí conoció a unas personas más bajas que las demás, pero también más fuertes y robustas. En las montañas tenían ciudades enteras en honor a la muerte y a los espíritus, donde la gente luchaba y competía por tener el privilegio de ser sacrificado a los dioses y así poder unirse a lo que llamaban el ejercito del salvador.
Cuando Hirlak regresó junto a los demás Vizard, estos no le reconocieron. Pues el vizard, había crecido en fuerza y en sabiduría y ahora portaba con el una extraña espada. La espada era blanca como el hueso, no era muy larga, más bien parecía una hoz. Los vizard decían que si acercabas el oído a su hoja podías oír el susurro del más allá. Como venganza por no haberle creído y por haberle despreciado, el vizard les dijo que no compartiría con nadie más el poder que había logrado. Y por mucho que los demás investigaron, ninguno hayó nada parecido a lo que el tenía. Pero aun así, muchos volvieron con espadas, ninguna tan poderosa como la de Hirlak, pero si con espadas con un gran poder. Así comenzaron los Vizard a compartir su vida con las zanpakutohs y poco a poco, los vizard que nacían, con el paso del tiempo, tenían una espada en la mano que ellos no habían buscado.
Así pasaron los siglos y los vizard vivieron con tranquilidad y paz hasta que un año aparecieron los hombres blancos, los hombres que ellos habían intentado dejar atrás con su viaje. Ya muy pocos quedaban que hubiesen sobrevivido al viaje. Pero ahora los nuevos llegados, traerían de nuevo la guerra contra los shinigamis y los hollow. Pero no fue así. Si es cierto que aparecieron algunos shinigamis. Muy pocos y todos los que aparecían lo hacían heridos y practicamente muertos. Todos contaban que huían para salvar la vida de la terrible guerra que había en el viejo mundo. Los hollow habían aparecido por todas partes, eran miles y la guerra se extenía por todo el viejo mundo. Y tarde o temprano acabaría por llegar aquí.
Hirlak, junto a algunos vizard que le seguían decidieron partir hacia allí, para ayudar a los shinigamis en su lucha. A pesar de los antiguos odios creía que era mejor que nadie controlase el mundo a que lo controlasen los Hollow. Pero antes de partir, juntó a todos los vizard que pudo y construyó un templo oculto en la selva donde ocultó un libro donde daba las pistas para encontrar el poder que el encontró.
Ese libro ahora lo tienes en tus manos y en la última página ves que está firmado por Hirlak. Tal vez ocultó su zanpakutoh en uno de los lugares que visitó o incluso es posible que puedas desentrañar el misterio de su antiguo poder. Así que, ¿a dónde quieres ir?